domingo, 27 de abril de 2008

CORRESPONSALES EN PARÍS



El periodismo y las ciudades hacen de repente amigos en el tiempo, ciudades que fueron vistas por ojos observadores, plumas que se inclinaron en hojas volanderas, yemas de dedos pulsando teclados. Los aparatos últimos para los periodistas son eso - simplemente aparatos, máquinas en continua ebullición (como el móvil, la más moderna pantalla, el ordenador ligero y casi transparente, y tantas cosas más). El ojo humano del periodista - si es ojo de verdad - no necesita estar al servicio del aparato sino servirse de él, como uno "se sirve" del automóvil rápido para cruzar los puentes del Sena y casi se olvida de que está conduciendo.

Ahora París - y el tiempo - me traen el recuerdo vivo de un amigo a quien no conozco pero a quien he leído muchas veces en libros y en periódicos, un amigo que cruza conmigo los Grandes Bulevares de París, se sienta a mi lado en la Brasserie Lipp, pasea junto a mis recuerdos y él me cuenta los suyos - acera derecha, acera izquierda - por Saint-Germain-des Pres, y luego los dos, en la noche, nos acodamos ante las barcazas a ver pasar el río. Ahora, ese amigo, Juan Pedro Quiñonero, actual corresponsal de ABC en París, me ha seguido y a la vez me ha precedido en lecturas, en su gran libro "El misterio de Ítaca" (Península), y en vueltas y revueltas por personajes literarios.

Ha tenido la amabilidad y la deferencia de comentar Mi Siglo y mi libro en su magnífico blog Una temporada en el infierno http: //unatemporadaenelinfierno.net/2008/04/25/mayo-68-y-los-corresponsales-espanoles/
Yo se lo agradezco. Paseé por París, estuve por los Grandes Bulevares, tomé una cerveza en la Brasserie Lipp, anduve por Saint-Germain-des-Pres y me acodé a esperar en los puentes del Sena. El tiempo me trajo despacio la amistad de Juan Pedro Quiñonero que venía en la gran barcaza del periodismo desde lo más profundo del río.

1 comentario:

Don Cogito dijo...

Vengo del blog de Quiñonero.

Simplemente le escribo para darle la enhorabuena por su libro. Lo compré hace tres días y es un libro magnifico.