lunes, 27 de agosto de 2007

BISTURÍ

Hoy ha venido a verme la policía. Están registrando muchos blogs. Estuvieron en el de "Bibliografhos" y en "Lo mejor de los libros". También en el de "Librosfera". Se trata de encontrar al ladrón de mapas de la Biblioteca Nacional. Escondido como estoy en este rincón no me explico cómo han dado conmigo. Me enseñaron el bisturí con carcasa plástica que han usado para cortar los mapamundis. Les dije que, efectivamente, yo tengo uno igual para uso privado, pero que lo empleo sólo para recortar los bordes de las ideas ajenas, como ya dije en mi blog del 25 de agosto. Creo que esa pista les ha traído hasta aquí. El inspector de conexiones informáticas, un tipo alto y huesudo, con bigote, me pidió que le hiciera una demostración. Me acordé del tranvía de Praga al que se refiere Kafka por la noche y del tranvía de Lisboa que evoca Pessoa. "¿Ve usted?-le dije-, los dos han tenido la misma visión. Las ideas están el aire. La ideas no tienen dueño. Lo único que yo hago es apropiarme de ideas que flotan gracias a este bisturí". Como me insistió y torció el gesto muy desconfiado no tuve más remedio que hacerle la demostración. Tomé del aire la idea del surrealismo, esa idea leve y nacarada que hay en todas las habitaciones, y empinándome un poco fuí cortando las esquinas con el bisturí. Lo que quedó fue una hermosa pieza repujada del tamaño de una manzana que bien podía ser de Breton o también de Dalí. "Ya esta idea es suya, inspector", le dije entregándosela, "¿ve usted?, ya no es de nadie". Pero el inspector, quizá por su profesión tan específica, nunca había tenido en la mano el surrealismo y lo dejó caer.
Al reventarse el surrealismo en el suelo dejó un aroma por toda la habitación, un aroma que aún hay por toda la casa.
"Volveré", dijo ofendido el inspector, "me volverá usted a ver cuando menos lo piense".
Con el bisturí, inclinado y muy despacio, estoy recogiendo ahora los gramos diminutos de esta manzana que brillan ahora en la oscuridad.

No hay comentarios: